Monday, June 27, 2011

CUANDO UN GIGANTE CAE...


Toda caída de un gigante es estruendosa. “Es horrible pera era previsible” canta Andrés Calamaro en Clonazepan y circo. Previsible pero inimaginable. Hoy es difícil (y lo fue durante toda la semana) evadirse del clima futbolero que se adueñó del país. Fue algo parecido al clima que se genera cuando la selección juega un partido importante. Los ojos de todo un país estuvieron pendientes de lo que sucedió en el monumental de Nuñez. Como sucede en estos casos, en la previa se dijo de todo: Que se va, que no se va, que lo van a ayudar para que se quede, que se va porque su presidente se peleó con el titular de la AFA, que el gobierno no quería que descienda para que los derechos de TV no quedaran en manos del grupo Clarín, etc… Incluso un burro del zoológico de Córdoba, llamado Andrés, cual pulpo Paul, predijo con exactitud asombrosa el resultado de los dos encuentros. Y más allá de las cargadas, el humor y los improperios de los cuales son víctimas los simpatizantes riverplatenses, como hincha de Boca me cuesta no estar conmovido. Cuando terminó el partido con mi mujer nos miramos incrédulos. ¿River se fue a la B? ¿Cómo puede ser? Y sucedió.

Los hinchas acompañaron al equipo como nunca en caravana hacia el estadio. Incluso fueron al hotel en el que se hospedaban los jugadores de Belgrano para hacer ruido y no dejarlos dormir. Un acto de total bajeza que lo único que demuestra es desesperación. Y los hinchas al término del primer tiempo despidieron con aplausos a un River que había jugado el mejor primer tiempo de la temporada. Y cerca del final rompieron a llorar. Y obligaron a suspender el partido. Y destrozaron gran parte del estadio.

¿Por qué hay que destruir cuando el sueño se acaba?

¿Por qué destruir su propio estadio?

Se habla y se va a hablar mucho de este gigante llamado River Plate al que hoy por hoy le tocó besar la lona. Es un signo de la terapia intensiva en la que está sumido el fútbol argentino desde hace tiempo. En unos días nomás comienza la Copa América. Pero así y todo va a costar salir de la conmoción que ha causado este hecho histórico. El sufrido hincha de River tendrá que convivir con esta herida, esta humillación, esta indignación durante mucho tiempo. Horacio Pagani dijo que este descenso sólo será un lunar en su rica historia, pero hoy por hoy es una mancha de petróleo en un mar rojiblanco. Juan Pablo Varsky en cambio, escribió que el fútbol es lo más importante de lo menos importante que hay en la vida. Es así. La vida continúa. Nadie lo hubiera creído. Nadie creyó que podría pasar. Pero pasó. Y ahora es demasiado tarde. Hace frío en Buenos Aires. Empieza otra semana. Una semana extraña y polar. Una semana impensada. La imagen de los jugadores retirándose del campo de juego, rodeados por un cordón de seguridad compuesto por hombres con camperas flúo será difícil de olvidar.

CENIZAS


Cenizas sobre el capó, sobre las pestañas y los pañuelos de seda. Tos que sale de un agujero rojo. Restos de un amor extraño. Volando. Varando las aguas del lago. Manchando la nieve como una gota de alquitrán en un pastel de cereza. Y los ceniceros adentro de casa, en el borde de la mesa. Temblando ante tanto que cae. Rogando que los fumadores arrepentidos no los echen a la calle.

Cenizas sobre la hierba. Zapatos sucios. Zapatos feos. Viseras carcomidas. Vuelve a suspirar el volcán. Otra vez ceniza. Para acostumbrarnos pensamos que es papel picado. O maná prehistórico. O polvo para hornear. No sabemos si es tóxico. No viene de los hombres. Viene de una especie de grano resucitado. Que empezó a supurar porque sí. Lo natural no es preciso. Geología en estado puro. Es lo que leí en los manuales de secundaria. Un volcán echando ceniza. Nunca nos dijeron que traería estos contratiempos.

¿Y cuándo se acabe la ceniza? ¿Quién va a limpiar todo esto?

Thursday, June 23, 2011

LO MÁS FÁCIL


Un texto que escribí hace 10 años. Espero que les guste.

Sucede que hoy no debería despertarme, o mejor dicho, no debería haberme despertado. Pero resulta que ya tengo los ojos abiertos y me parece tan fácil volver a cerrarlos que entonces… no lo hago. Así que poso los pies en el suelo y a la vez me pongo de pie. Me paro para que haga su entrada en escena el Bípedo Homosapiens del nuevo siglo.

El tipo se para y se da cuenta. Se da cuenta de algo de lo que en realidad no quiero darme cuenta. No quiero no quiero no quiero no quiero. Mis piernas. Dos puntos; las veo tan flacas, tan blanco leche, tan escarbadientes de parafina que supongo que lo mejor sería sentarme de nuevo en el borde del colchón y listo. Pero me resulta tan fácil hacerlo que entonces no lo hago; sino que hago unos pasos y prendo la tele. Observo la temperatura, la humedad, la sensación térmica y hasta las imágenes de un micro lleno de turistas que hace unas horas desbarrancó en alguna ruta del Brasil. Y es más, también me afeito, me lavo los dientes, me como un choclo frío, un pan con mermelada, me tomo un vaso de leche, me vuelvo a lavar los dientes, y además, como quien no quiere la cosa, voy escuchando el reporte que me informa de la cantidad de víctimas que ha dejado como saldo el siniestro accidente. Por ahí hubiera sido mejor poner algún canal de música; uno de esos en donde todo el día pasan a esos lindos nenes rubios bisexuales que cantan, bailan y contonean su pelvis haciendo una lamentable imitación kinética de Elvis Presley. O tal vez hubiera disimulado un poco mi percepción de esas cosas al no poner la tele y escucharlos solamente por la radio… Pero hacer todo eso me resulta tan fácil que entonces no lo hago y me abandono a la absoluta locura de ponerme a hojear un ejemplar descuajeringado del Ulises de Joyce –menuda simpleza para mi amanecer de la noche– que siempre tengo tirado por ahí, mientras de reojo, observo el lento e interminable bicicletear alcalino del reloj despertador, mi querido y bochinchero habitante de la mesa de luz. Pero a la vez me pregunto (pensando) si en realidad tengo ganas de levantarme de esta cama, de afeitarme, lavarme los dientes, bañarme, vestirme, comerme un choclo frío, un pan con mermelada, tomarme un vaso de leche, volverme a lavar los dientes, perfumarme... nada más que para ir a donde tengo que ir autopresionado por el sólo hecho de que ya me comprometí a ir y porque además no tengo ni el más mínimo interés en que baje la cotización de mis honorarios. Digamos que lo que yo quiero saber es si en realidad soy ese tipo que irá al compromiso sin darle bola al cuestionamiento que hay en su cabeza o el que no quiere ir sólo para quedarse un poquito más en la cama. ¿Y si resultara ser que soy el tipo que va a salir por la puerta?, entonces, ¿qué voy a hacer durante la calle mientras dure mi traslado? Es muy fácil caminar por ahí mientras todo el mundo habla de un posible default que nos convertiría en algo así como el país de las últimas cosas, es muy fácil cuando escuchás expresiones tales como riesgo país, estampida financiera, corridas bancarias o cifras que hablan acerca de millones de personas que están por debajo de la línea de pobreza. Demasiado fácil, señores. Ahora bien, si tomo la decisión de salir a la calle antes he de resolver un pequeño problema: me tengo que poner las zapatillas, que a su vez representan el único calzado que tengo para tal motivo; pero ocurre que, por andá a saber qué motivo, no les puse talco y yo sin talco no las uso. Y me resulta tan fácil ponerles talco que entonces no les pongo nada y, por lo tanto, no me las pongo. Pero alto ahí, no se me revuelque en la silla. No es que no les quiero poner talco porque en este momento me sería lo más fácil, sino que no les pongo talco porque se me acabó el que estaba y entonces no volví a comprar otro y, por lo tanto, eso le da sobradas muestras, queridísimo lector, de que a veces, al igual que usted, cedería un poco de terreno ante la promesa de mantener mis convicciones cueste lo que cueste. Porque la verdad es que cuando puse en mis zapatillas el último poquito de talco que tenía para ir a comprar más talco, en realidad no compré, o mejor dicho, no pude comprarlo porque cuando no llevé plata suficiente al supermercado; porque para mí llevar plata cuando uno va a comprar sería demasiado fácil, mucho más fácil que aceptar que no compré talco porque simplemente me olvidé de que a eso había ido y entonces me dediqué a comprar otras cosas. Así que cuando ayer a las 20:30 hora de la Argentina, llegué a casa y abrí la puerta llevando una botella de licor de chocolate en la mano izquierda y a su vez miraba como el ticket del supermercado iba cobrando la vertiginosa velocidad de una pluma al caérseme de entre los dedos de la otra mano -que sin querer consideraron que era mucho más fácil sostener un ticket que agarrar la llave del bolsillo-, me pregunté si en realidad las personas no teníamos bastante ya con la vida como para que encima los pies de uno huelan mal.

Wednesday, June 22, 2011

LA PREGUNTA DE LA SEMANA (4)


¿Cuántos puntos de Rating tendrán los partidos que jugarán River Plate y Belgrano de Córdoba para definir la promoción?

Tuesday, June 21, 2011

QUEEN EN LA ARGENTINA DE LA DICTADURA


El 6 de marzo de 1981 QUEEN se presentó en el estadio de Velez Sarfield. Por aquellos tiempos no era muy común tener acceso a esta clase de shows, ver una banda internacional en su pico de popularidad no era algo de todos los días. El tema es que estaba viendo DAYS OF OUR LIVES, el espectacular documental hecho por la BBC de Londres y me llamó la atención los comentarios que hacen los miembros del staff de la banda acerca de aquella visita a la Argentina, creo que dan un buen panorama de cómo se vivía en aquellos tiempos. A continuación reproduzco esos párrafos, no se asombren, este país era así.

“En esos días Argentina estaba bajo una dictadura, estábamos negociando con el general de la armada y me dijo: “¿Cómo es posible permitir cincuenta mil jóvenes en un estadio, cuando no puedo controlarlos? ¿Qué pasa si alguien de pronto grita VIVA PERÓN en la mitad del concierto de QUEEN y me encuentro con un disturbio en mis manos?” E intenté explicarles que en las peleas de Gladiadores en Roma esto era panacea para la gente, ellos nunca habían visto esto antes, sería una experiencia extraordinaria.”

Jim Beach, manager de Queen

“Cuando llegamos a Buenos Aires, mientras estábamos descargando, podías ver cartuchos de balas usados y pensar si realmente estamos en un lugar muy diferente.”

Peter “Ratty” Hince, Queen roadie.

“Estábamos buscando un guardaespaldas para Freddie y un hombre muy en particular entró y su recomendación de entrada era que había matado a 212 personas.”

Jim Beach, manager de Queen

“Los arreglos para viajar daban miedo, manejando de la manera incorrecta a través de una autopista, con escoltas, con tipos en jeeps moviendo sus grandes armas y haciendo que los autos que iban hacia ellos se estacionaran”

Roger Taylor, baterista

“Quedamos atrapados en un congestión de tránsito y uno de los policías se paró, puso su cabeza por el techo, y comenzó a disparar al aire como orden para despejar el tráfico.”

Jim Beach, manager de Queen


Sunday, June 19, 2011

PALERMO, EL OPTIMISTA DEL GOL






El sábado de 18 de Junio fue el último partido de Martín Palermo como jugador profesional. Se retiró el Titán, el Loco, el optimista del gol. Un jugador que se destacó por su olfato de gol y no por su técnica ni su habilidad como futbolista. Un tipo que te arrancaba una puteada cuando se erraba un penal y después te devolvía la sonrisa cuando un rato después convertía un gol. “Palermo es así”, solía escucharse entre los hinchas, “con él nunca se sabe…”. “Con los pies es de madera, pero con la cabeza es Maradona”. Porque su historia es su tozudez, su optimismo, su fuerza para salir a flote de los momentos más difíciles. Y vaya que la vida le dio revanchas. Supo ubicarse en el área como muy pocos saben hacerlo. El típico “pescador”. El que captura los rebotes. El que está al acecho. Sí, sí, Martín Pescador. Será recordado por haberse errado 3 penales en un mismo partido (copa América 99) y también por haber convertido el gol agónico en el partido contra Perú que le dio a la selección Argentina una gran chance para clasificarse al mundial 2010. Y sí, en el 99 lo puteó todo un país, y en el 2010 ese mismo país se rindió ante su olfato de gol y su capacidad de hacer milagros, esa misma gente coreó su nombre bajo la lluvia en un estadio de River angustiado y repleto. Y también se emocionó cuando en pleno mundial de Alemania ese tipo de 36 años le convirtió un gol a Grecia que terminó de definir el partido 2 a 0 a favor de Argentina, y además con la cuota emotiva que brindó su familia en la tribuna. ¿No es eso perseverancia? Así será recordado el Titán. El tipo que hizo su gol número 100 con los ligamentos rotos, el que pateó un penal con los 2 pies, el que se bajó los pantalones luego de haberle convertido un gol a Newells, el que festejó un gol con la gente y se le vino una pared encima, el recordado gol a River bautizado como “gol con la muleta”, el gol de media cancha a Independiente, el gol a Banfield luego de haber perdido a su hijo recién nacido, el gol a Uruguay con el ojo en compota, el gol a Vélez cabeceando desde 40 metros, los dos goles en 5 minutos al Real Madrid por la copa intercontinental, el gol a River en su último superclásico… y hay más: de chilena, de taco, colgándose del travesaño, en el medio de la neblina, festejar estrellándose contra los carteles publicitarios, o el beso al tatuaje con el nombre de su hijo fallecido y la mirada al cielo, su sequía con 10 partidos sin convertir… En el 2008 fue declarado el mejor cabeceador del mundo por los lectores de FIFA.com ("Ha metido goles de cabeza incluso desde fuera del área y, lo que es más importante, se genera él mismo su propia situación de gol en situaciones desfavorables"). 306 goles sólo en partidos oficiales. La película de Martín llegó a su fin. Se lo despidió en la Bombonera como muchos clubes deberían despedir a sus ídolos. Incluso le regalaron ¡el arco! Y además tuvo la sabiduría de saber retirarse a tiempo. Supo que esa decisión es la que te convierte en leyenda. “Prefiero retirarme del fútbol y no que el fútbol me retire a mí” declaró unos días antes de su último partido en la bombonera. Pero 7 días después, ante el Gimnasia y Esgrima de La Plata en el que juega su amigo Barros Schelotto cometió su última travesura. En el último minuto del partido habilitó con uno de sus cabezazos más clásicos a Cellay, quien en el centro del área no tuvo más que empujarla y empatar el partido (2 a 2). Se enmudeció el estadio y mandó al equipo Platense a jugar un desempate con Huracán para ver quién desciende y quién juega la promoción. Ese fue el final de la película, la película del Palermo futbolista. El “tronco”, el “burro” que supo hacerse leyenda a fuerza de optimismo, de ir siempre al frente, aún a costa de pasar vergüenza. Se va a extrañar su felicidad luego de convertir. Su emoción, su manera de vivir del gol. Adiós Titán. Gracias por ser humano. Gracias por enseñarnos a perseverar aún cuando el viento está en contra. Suerte en tu nueva vida.

Friday, June 17, 2011

LEY ANTI TABACO EN ARGENTINA


Se aprobó la ley anti-tabaco. Cuando se reglamente ya no se podrá fumar en lugares cerrados. Es decir: ni en bares, ni en discotecas, ni dentro de nada que tenga un techo sobre tu cabeza que no sea tu casa y esté lleno de gente. Ya lo escribí alguna vez: estaría bueno que fumar no hiciera mal. Pero hace mal. Y ahora esta legislación para intentar bajar esa cifra terrorífica que nos dice que el cigarrillo se lleva 40.000 vidas por año en esta argentina del siglo XXI. Ya no vas a poder fumar mientras le hacés el verso a la minita en una disco. Ya no vas a poder sentarte en un bar a pedir un café mientras dejás tu paquete de fasos sobre la mesa y le decís al mozo si no sería muy amable de traerte un cenicero. No vas a poder fumar en hall del teatro ni en la previa ni durante el intervalo de la obra. Tampoco adentro del estadio cubierto mientras esperás que empiece a tocar la banda. O en la pizzería después de comer. O dentro del baño de la pizzería. ¿Se podrá fumar en los telos?

El cigarrillo es malo pero también es estético.

Es estilo. Pero también es dientes amarillos y manchas en los dedos. Es tos y pulmones reventados.

Sólo vas a poder fumar en tu casa o al aire libre. Y si en tu casa tenés chicos sabés muy bien que fumar delante de ellos es una cuestión de conciencia. Así cambian los tiempos. En mi infancia cualquiera fumaba delante de un chico. Era normal. Ahora evolucionamos. Estamos en una etapa de importantes cambios culturales. Apuntamos a estar limpios. Cualquier adolescente podría decir cosas como ¡Claro, ustedes ya se fumaron todo, la pasaron bomba y ahora nos lo prohíben a nosotros! ¡Son unos Ortibas, nos quieren quitar la fiesta porque están hechos mierda! Es por tu bien nene. No señor, yo quiero elegir…

Nietzche diría que esto de acatar la prohibición de fumar es “obedecer sin sentirse humillado”. Me prohíben que fume. Pero me lo prohíben por mi bien.

Por momentos extraño eso de sentarme en un café con mi cuadernito y mis cigarrillos. A veces se extraña las cosas que te hacen sentir bien mientras te hacen mal. El cigarrillo está muy ligado a la figura del escritor. Al tipo con anteojos y un libro bajo el brazo. Está muy ligado y extirparlo de nuestra cultura va a ser un parto propiamente dicho, una cuestión de décadas. No sé si se va a lograr. Por suerte no soy un fumador crónico. Dejé el cigarrillo sólo para momentos de diversión. Puedo estar sin fumar varios meses y de repente bajarme seis o siete en una noche de joda. Es sólo por placer. ¿Nunca te preguntaste cuantos de los 40 cigarrillos que fumás por día disfrutás de veras y cuántos por costumbre? Es una buena manera de empezar a meterte en la onda y ver si podés fumar sólo cuando tenés ganas de disfrutar. Como un buen vino. O un buen polvo.

Thursday, June 16, 2011

MI HIJO Y LEONARD COHEN



Alejandro Rozichtner escribió alguna vez que los chicos no son genios, sino que hacen cosas geniales (excepciones aparte). Y pienso en eso porque a veces, mientras estoy en casa me pongo a cantar, así porque sí, las primeras estrofas de BIRD ON A WIRE del ahora premio Príncipe de Asturias Leonard Cohen. Lo más loco es escuchar a mi hijo de 2 años y medio repetir la melodía en un inglés típico de un chico de 2 años y medio nacido en Argentina de padres que hablan castellano. Y lo escucho hacer eso y vuelvo a empezar la canción. Y él la vuelve a cantar conmigo. Yo canto una estrofa, él la repite, y así. “Like a bird… on a wire…. Like a drunk… in the midnight hour… I have tried… in my way… to be free…”. Y escuchar a mi hijo cantar una canción de Leonard Cohen es algo muy gratificante. ¡Leonard Cohen! No estamos hablando de la gallina turuleca ni de Pipo Pescador, sino de ¡Leonard Cohen! Me encanta que a través mío el gran Leonard se entrometa en ese mundo mágico e inocente donde conviven el Perro Timoteo (¿dónde estás que no te veo?), Disney Junior y toda su caterva de personajes estimulantes y didácticos, el CD de los Beatles para bebé, su reciente fascinación por Jurassic Park, su encanto por los trenes y los autos, el barquito de cáscara de nuez, sus juguetes rotos y su helicóptero rojo. Me maravilla y me tranquiliza, porque la música que escuchan nuestros padres cuando somos niños es algo que llevaremos dentro toda la vida. Nos marca, es parte de nosotros y es la que inicia nuestra formación musical, nuestro gusto, nuestra sensibilidad hacia el arte. Y me emociona que mi hijo cante conmigo BIRD ON A WIRE o me haga los coros de HALLELUJAH cuando me pongo a cantarla acompañado de la guitarra. ¿Qué hará con toda esa información en el futuro? ¿Qué repercusión tendrá en su cabecita de algodón? ¿Qué efecto puede tener una canción de Leonard Cohen si se la escucha desde muy chico? Cuántas dudas, cuánta expectativa, cuanta magia…

Wednesday, June 15, 2011

Monday, June 13, 2011

MI POST ESTE MES EN OBLOGO


Para los que no lo saben OBLOGO es una revista de edición mensual y gratuita hecha a pulmón que se dedica a recopilar posteos de la bien llamada “Blogosfera” para proveer de un material de lectura alternativo a los medios de comunicación y difundir los blogs. Ya se llevan editados 58 números y distribuidos más de 750.000 ejemplares en lugares de la ciudad de Buenos Aires tales como subtes, universidades, empresas y talleres de escritura. Y la verdad me pone contento no sólo que mi post llamado CANILLA QUE GOTEA sea parte de esta edición de la revista, sino que además me enorgullece estar en un mismo número junto a un escritor como Hernán Casciari. Ya que en lo personal es como un premio, porque tener un blog es como lanzar una botella al mar, nada más que en vez de mensajes de socorro uno coloca allí dentro un texto literario, un texto que da vueltas por el mundo entre millones de personas que escriben y millones de personas que buscan algo qué leer. Así que hoy, día en que sale la revista, este blog está de fiesta. Gracias Oblogo. Y gracias a ustedes por darse una vuelta por acá cuando la vida se los permite.

Les dejo el link para que se descarguen la revista y de paso vean de qué se trata:

Oblogo.

Friday, June 10, 2011

REENCUENTRO CON MIS COMPAÑEROS DE SECUNDARIA


La semana pasada me encontré con mis ex compañeros de secundaria. A muchos de ellos no los veía hace cosa de 18 años. Demasiado tiempo, ¿no? Y por más que en este tipo de reuniones se tome y se fume, no deja de ser una actividad sana. Sana para el alma quiero decir, para el momento que vive uno en sí. Porque es alegría de verse con tipos que estuvieron en la misma que vos en una de las épocas más difíciles de la vida, esos momentos en los que adolecemos y vamos tratando de encontrar un equilibrio entre la luz y la oscuridad. Tipos que recibieron el título el mismo día, tipos que al igual que vos, una vez que tuvieron el diploma en mano salieron a ver cómo podían meterse en la maquinaria de la vida cotidiana. Y en gran parte se debe a esta cosa del facebook, esta especie de ventana por la que podemos asomarnos y ver qué fue de la vida de tal o cual, como se fueron abriendo paso desde aquel diciembre de 1992. Porque tener el título en la mano (más allá de la coyuntura social y económica de cada uno) fue situarnos a todos en la línea de largada. Y ahora este encontrarnos a mitad de camino, y ver cómo estamos, quiénes somos, en qué cambiamos y en qué seguimos siendo incorregibles. Y sí, hubo pizza, cerveza y hasta deambulamos por las calles de una ciudad que se quería ir a dormir demasiado temprano a pesar de ser viernes. Nos costó irnos a casa pero de alguna manera fue un poco el comienzo de una serie de encuentros esporádicos cuyo objetivo es “no perdernos tanto”. Para reírnos, y sobre todo para conversar, hablar mucho, de la vida y de esas cosas que todavía queremos alcanzar. Y en esto, lo digo una vez más, el tener un muro de Facebook tuvo mucho que ver. Está bien, esta clase encuentros se dieron toda la vida, pero las redes sociales ayudan a que cada vez sea más la gente que se suma a este tipo de actividad. Porque hay montones de ex compañeros que se juntan y ven qué onda con eso de encontrarme con gente a la que no veo hace mucho. Es genial. Es ser parte de algo. Un tanto nostálgico si se quiere, pero sin dejar de mirar para adelante. Un recreo eficaz. Un recreo que no comienza y termina con el sonido estriado de un timbre. Un recreo que no dura 10 minutos. Un espacio en el que nosotros decidimos cuándo, cómo y dónde. Y lo mejor de todo fue que cada uno se fue contento a casa. Y al otro día subimos las fotos. Y comentamos. Y seguimos en contacto. Más que antes. Mucho más.

Monday, June 06, 2011

MACHINE MAN


Esta mañana pasó el cartero, me vio en la calle y me hizo una pregunta con respecto a un domicilio que no podía ubicar. “Hola máquina, ¿cómo andás? ¿Te puedo hacer una pregunta?”, me dijo. Le contesté, entré a casa y me quedé pensando.

Che máquina, ¿cómo hago para agarrar Callao?

Che máquina, ponete las pilas.

Che máquina esto, che máquina lo otro.

Hete aquí una de las tantas expresiones cotidianas proveniente de gente por debajo de los 40. Lunfardo de nuestro tiempo. El lunfardo que cambia.

Se lo escuché decir a Cortázar en una entrevista con Martín Caparrós.

El lunfardo se va renovando con el tiempo y esos cambios se pueden apreciar cada 10 años. En esa ocasión el gran Julio se refería al término “chantapufi”, que después se convertiría en “Chanta” para luego entrar en la categoría de “Expresiones populares en extinción”. Lo cual quiere decir que dicha expresión pasa a formar parte de la caterva de términos que por lo general se escuchan de boca de nuestros padres y no de nuestros hijos.

Hay palabras que se usan como una especie de puente para comunicarse con el otro cuando no sabemos su nombre de pila o no tenemos ganas de pronunciarlo: monstruo, capo, fiera, vieja, loco, vago, etc… cada uno merece un análisis individual pero en especial me quería referir al término “máquina”. Porque me suena a que soy un engranaje, una mínima pieza de una compleja red tecnológica y comunicacional, me suena a época computarizada, a máquinas herramientas, a máquinas voladoras. No es un término peyorativo, ya que por lo común cotidiano las máquinas son dignas de admiración (“Flor de máquina” se suele decir cuando uno se quiere referir a uno de esos automóviles que no dejan de ser una exquisita combinación de confort y velocidad). Pienso que cuando nos acostumbramos a decirle al otro “máquina” estamos reflejando esta tecno-época en la que vivimos: llena de señales, computadoras, samplers, I-pads, play station, autos inteligentes, aviones, cyber espacio, cámaras digitales, radares, antenas satelitales, fibra óptica… cosas que encerramos dentro del término máquina. Y una máquina en sí carece de individualidad. Depende de quién la manipula. Tanto para su funcionamiento como para su reparación. Y como toda persona, una máquina a veces nos maravilla y otras es digna de que la agarremos a patadas. Nos simplifica las cosas y otras nos la complica por un simple cablecito desoldado o un componente que ya cumplió su vida útil. Y además una máquina es algo desechable, algo que se cambia por otra mejor cuando ya no sirve o no es capaz de satisfacer una creciente demanda. Y sentirme una máquina… que alguien me diga máquina en vez de usar un término más biológico como “fiera”, “loco” o “boludo” si se quiere, es un poco preocupante. Porque no sé si me quiere decir que soy veloz o que soy una chatarra. Que soy un engranaje o un motor con el bobinado cortado. O por ahí me quiere decir que soy un autómata, un ser absorbido por el sistema. Un ser lleno de lazos virtuales que me conectan a redes de comunicación y manipulación mental.

Roger Waters en los años 80 nos decía que éramos “otro ladrillo en la pared”. Que el sistema educacional nos metía en una picadora de carne. En los 90 los Radiohead nos mostraron que somos androides paranoicos y que lo mejor era buscar una casa con jardín y quedarnos allí “sin sorpresas”. En la década pasada sentí una especie de bifurcación entre los que te dicen “conectate a la red, sentite parte del mundo” y los que están en contra de eso, los que quieren una vida más sana y naturista, una vida en armonía con el cuerpo y sus centros energéticos. Pero muchos le siguen diciendo al otro “Che, máquina” y el otro se siente un avión. No piensa en una Pentium 2. ¿En qué se convertirá ese lunfardo? ¿Cómo le llamaremos al otro en el futuro? ¿Manzana o Dual-core? ¿Pepino o boludo 2.0?

A maquinar se ha dicho…

Friday, June 03, 2011

EL CUMPLE DE MARILYN


EL 1º de Junio pasado Marilyn Monroe hubiera cumplido 85 años. Eso nos afirma y nos confirma que nunca hemos visto a Marilyn envejecer, lo que se dice, abandonar el cielo de la juventud. ¿Cómo sería una Marilyn de 85 años? ¿Se leerían en los portales este tipo de notas si este gran sex symbol de Hollywood hubiera fallecido, por decir una edad, a los 70 años? Es un karma que los occidentales tenemos con las estrellas que mueren jóvenes. Se piensa lo mismo cuando el almanaque señala el natalicio de James Dean (1931), Elvis Presley (1935) o Jimy Hendrix (1942), por sólo citar algunas de las indiscutibles figuras populares. En nuestro país, si hay que citar casos recientes, nos podríamos referir a la cantante Gilda (1961) o al cuartetero Rodrigo (1973), ambos con santuarios propios. Es la vieja pregunta ¿cómo hubiera sido sino hubiera sucedido lo que sucedió? Incluso puede que no sea algo muy agradable ver a una Marilyn de 85 años, no todas las estrellas saben envejecer con clase. Incluso puede que ni siquiera fuera una leyenda viva. Suena feo lo que voy a decir pero en el inconsciente colectivo de los argentinos, ¿Qué lugar ocuparía la otrora sex symbol Graciela Alfano si hubiera fallecido antes de los 40 y no se hubiera convertido en esta mujer súper estirada que necesita generar escándalos para estar vigente? Morir joven de alguna manera nunca deja de ser una tragedia pero también es un boleto que convierte a la malograda figura en una especie de mito (y hasta en un ángel salvador si se quiere). En alguien que ya no está para hablar y defenderse. Para engrandecerse o autodestruirse. Para abrir la boca y tirar a la basura su grandeza. Que hoy Marilyn no cumpla 85 años sólo nos conduce a esa habitación que parece haber en algún lugar del universo. Esa bóveda celestial que encierra todas esas preguntas que jamás podrán ser respondidas sobre lo que hubiera sido la vida de los que se mueren jóvenes. Un lugar que construimos con nuestra imaginación y nuestros deseos. Un lugar en donde está el resto de la vida de todas esas personas que supimos admirar y que se fueron antes de tiempo.

Prendo la radio.

Elvis canta Suspicious Mind.

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