Friday, March 14, 2008

ESTA MAÑANA

Son las nueve, yo creí que eran las tres. Es loco pero cada vez que son las nueve de la noche o las nueve de la mañana se me viene a la cabeza esta frase extraída de una canción de Andrés Calamaro. Pero en realidad no son las tres, sino que son las nueve de la mañana y acá me encuentro, todavía con pantalón pijama y una remera de Radiohead que en lo tocante a la calidad resultó ser un chasco, ya que luego de la primer lavada quedó como para lo que se llama "ropa de entrecasa" o "remera vieja que me pongo para ir a dormir porque todavía no encontré un pijama adecuado." Más allá de eso, rescato el hecho de venir a sentarme a la PC y someterme, luego de mucho tiempo, al "a ver qué sale." Otra frase que se apareció por ahí, ¿la vieron? Es esa misma que dice: "luego de mucho tiempo." ¿Qué me pasó? ¿Dónde estuve? ¿Cómo es eso de irse y permanecer siempre en el mismo lugar? ¿Moverme a otro lado pero sin moverme? Es como si se tuviera una puerta giratoria en el alma, pero no con una sola salida, sino con varias. Eso es, una puerta giratoria que conduzca a todas las habitaciones de la casa, suena lindo, y a veces creo que dentro mío tengo una en la que a veces me quedo dando vueltas horas y horas, días y días, sin ir a ninguna parte. Esta bien, hay movimiento, pero hay momentos en los que moverse no es nada más que eso. Por eso mismo, como ya veo que este texto lo que me está produciendo es un efecto parecido, mejor me levanto de la silla y me voy a tomar unos mates. Lo que acá en Argentina llamamos desayuno. Por suerte el día recién empieza, lo cual quiere decir que tengo tiempo de sobra para ver qué voy a hacer conmigo al exponer mi cara a las exigencias erótico-estéticas del espejo del baño.

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